Hace unas semanas, releyendo una cita del médico misionero Albert Schweitzer, me vino a la mente Juan Carlos, mi coach. La cita decía: En algún momento de la vida de todo el mundo se apaga el fuego interior. Pero entonces, un encuentro con otro ser humano lo hace estallar en llamas. Todos debemos estar agradecidos a esas personas que reavivan el espíritu interior”. Pues bien, eso es exactamente lo que me ocurrió tras unas sesiones de coaching con Juan Carlos, al que estoy enormemente agradecida. Es impresionante ver (y que los demás lo perciban) cómo creces, cómo el potencial de uno mismo logra aflorar con la motivación e inspiración adecuada, y como aprendes a identificar y gestionar de manera eficaz situaciones especialmente delicadas.