Máster en Coaching y Psicología Deportiva online de UNIR
enero 29, 2021¿Cómo saber si necesitas un coach para mejorar en tu carrera deportiva?
marzo 1, 2021Una frase con la que me encuentro a menudo en mis sesiones de coaching es: “yo soy así”. ¿Qué significa “yo soy así”? ¿Significa que no hay nada que dependa de ti? ¿Significa que no puedes hacer nada para cambiar las cosas?
Tenemos que desterrar esa expresión y entender que podemos moldear nuestro carácter. Es más, debemos hacerlo si no estamos satisfechos con él y no nos permite lograr nuestros objetivos.
El entrenamiento mental y emocional es la clave para conseguirlo. Entender cómo funcionan nuestros pensamientos, ser conscientes de nuestro diálogo interno y comprender mejor las consecuencias que tienen nuestros pensamientos son los primeros pasos para poder cambiar y para enfocarte con más garantías hacia tu objetivo.
Lo que dice la neurociencia
Sin entrar en profundidad en explicaciones complejas, sí creo conveniente apuntar lo siguiente: el cerebro está compuesto por unas células nerviosas llamadas neuronas. Antes se pensaba que el cerebro adulto no generaba nuevas neuronas, pero la neurociencia ha avanzado muchísimo en los últimos años y ahora se ha comprobado que sí se siguen creando neuronas mediante un proceso que se llama neurogénesis. Lo mismo ocurre con los cambios en el cerebro, la neuroplasticidad que supone modificaciones en nuestra estructura cerebral y en nuestro sistema nervioso como consecuencia de nuestros pensamientos y nuestra interacción con el medio.
Tenemos la capacidad de influir y modificar el cerebro.
Estos avances son fundamentales porque nos muestran cómo podemos entrenar la mente para influir en nuestro cerebro, en nuestro cuerpo, y olvidarnos de la ideas de que “somo así” para entender que los cambios (y los resultados) dependen en gran medida de nosotros mismos.
Es fascinante conocer estos procesos pero, aún lo es más poder comprobarlos y desarrollarlos. ¿Probamos?
Si ahora mismo te concentras en un pensamiento placentero y agradable, las sensaciones y emociones asociadas serán también placenteras y agradables. Si cierras los ojos y piensas en una persona que te transmite calma, confianza o cariño… generarás sensaciones positivas. También si recuerdas algún momento divertido o emocionante. Pero… ¿qué pasa si piensas en ese problema que está pendiente por resolver o traes a tu mente pensamientos negativos? Inmediatamente notarás desasosiego, intranquilidad o estrés. Lo mismo si piensas en alguien con quien tienes mala relación o en una discusión reciente… te sentirás molesto e irritado.
Gestiona tus pensamientos y cambiarán tus acciones
Si eres consciente de la importancia y del impacto que tiene aquello en lo que piensas, tendrás la herramienta para manejar tus emociones y pensamientos de forma mucho más eficaz.
Si aprendes a entrenar tu mente y a gestionar tus pensamientos, podrás cambiar tus emociones, tus acciones y tu comportamiento. Sustituirás el “yo soy así” por “yo soy como quiero ser”.
Parece complejo pero la realidad es que solo necesitas dos cosas para empezar: ser consciente de tus pensamientos y focalizarlos en la dirección que deseas. No vayas detrás de tus pensamientos; dirígelos tú. Observa qué piensas y cómo te hace sentir y cámbialo.
¿Cuántas veces lo has pasado mal por algo que ni siquiera llegó a suceder? ¿Y si la próxima vez que te encuentres en esa situación pruebas a desviar esos pensamientos negativos y los sustituyes por ideas más positivas? El resultado te lo avanzo ya: reducirás esa sensación de desasosiego; desde la calma, tu mente te ayudará a buscar soluciones para el problema al que te enfrentas y, si no se trata de un problema real, si aún no ha sucedido, enfoca tus pensamientos en otra dirección.
Habrás comenzado tu entrenamiento mental.