Diferencias entre el coaching de equipo y coaching individual
noviembre 3, 2020Curso Psicología, Coaching y Liderazgo Deportivo con AFEDECYL y la Universidad Europea Miguel de Cervantes
enero 29, 2021En las sesiones de coaching deportivo utilizamos muchas herramientas y ejercicios para ayudar al deportista o entrenador a conseguir su mejor versión. Pero esas herramientas y ejercicios tienen que estar adaptadas individualmente a la situación de cada coachee o cliente (la persona que recibe el coaching), eligiendo en cada momento las técnicas más adecuadas.
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¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de desarrollar un proceso de coaching?
En primer lugar, el nivel de focalización y activación del deportista o del entrenador para poder estar en las mejores condiciones de afrontar la competición y en los entrenos. Este nivel de focalización ha de ser alto para centrarse en lo importante, pues hay muchas distracciones e interferencias y el nivel de activación tiene que ser regulado de forma individual hasta encontrar el nivel óptimo (ni mucho estrés ni mucha calma). Es decir, ni alto ni bajo, sino óptimo. Ese punto intermedio depende de cada uno; de cómo procesa la competición, cómo gestiona el estrés y la tensión… El trabajo de un coach deportivo es ayudar a ese deportista o entrenador a encontrar su nivel óptimo de activación.
Cuando hay mucho estrés…
Por un lado, cuando la persona está sobreexcitada, sobreactivada o muy nerviosa tenemos que utilizar herramientas de relajación y respiración, para poder bajar esa activación a un nivel más adecuado y que el exceso de estrés o ansiedad no impida a ese deportista o a ese entrenador centrarse en lo importante y mantenerse concentrado.
Cuando hay exceso de calma…
En el lado contrario, si la persona está muy relajada o demasiado tranquila, tenemos que ayudarle a subir ese nivel de tensión para que tenga un nivel de activación más alto y pueda estar enfocado en el partido o la competición con la tensión adecuada. Aquí se pueden utilizar ejercicios de movimiento, de vitalidad, visualizar determinados temas, poner el primer plano todo lo que ha trabajado en el proceso, autoafirmándose y animándose.
Concentración
Otras herramientas con las que trabaja un coach deportivo tienen que ver con potenciar la concentración. Hay muchas maneras de trabajarla, muchos ejercicios. Desde focalizarse en la respiración, en objetos, en un paisaje, en la pelota o situación de otros… aquí el objetivo es mantener la atención lo máximo posible en el objeto o en el lugar que hemos decidido.
También hay herramientas de atención más amplia, como fijarse en grupos de objetos o de la cancha de juego. Esto va a ayudar mucho en la competición.
Por ejemplo, en el fútbol. El jugador no solo tiene que estar concentrado en el balón, en una jugada o en el rival sino que debe tener una visión más amplia, panorámica para percibir todo lo que está ocurriendo. Y esto también se aprende con ejercicios en el entrenamiento (y en algunos casos fuera).
Visualización
También podemos trabajar la visualización. Aquí, yo lo hago habitualmente, nos centramos en jugadas que a uno le gustaría hacer, o en cómo sería el día de la competición, en los movimientos (defensivos y ofensivos), los tiempos, en el avance de la competición, resolver situaciones críticas, en cómo le gustaría que ocurriera… y en el caso de un entrenador nos centramos en cómo se visualiza dirigiendo al equipo, las opciones que da, la charla antes de empezar el partido, las últimas consignas, en el descanso…
Meditación y mindfulness
También, en momentos concretos, se trabajan ejercicios de meditación y mindfulness. Por ejemplo, para estar concentrado (vía meditación y mindfulness) en lo que está ocurriendo en el calentamiento: las sensaciones de los músculos, las sensaciones que percibe en el terreno de juego, el estado del mismo, lo que le enfoca en la competición…
Todo eso te centra y te focaliza en tu rendimiento.
El objetivo de todas estas técnicas y herramientas no es otro que potenciar la mejor versión del deportista o el entrenador. Adaptadas a cada uno, con un objetivo claro y un plan de acción, son herramientas muy potentes para mejorar el rendimiento.