¿Cómo saber si necesitas un coach para mejorar en tu carrera deportiva?
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abril 30, 2021¿En qué estás pensando ahora mismo? ¿Estás concentrado/a en la lectura de este artículo o se cruzan en tu mente otros pensamientos? Y esos pensamientos que te vienen a la cabeza ahora mismo… ¿te están ayudando en algo? ¿O quizás solo te restan energía? Vamos a averiguarlo.
En un post anterior (aquí) vimos cómo gestionando nuestros pensamientos podemos cambiar nuestras acciones. Para conseguirlo, explicábamos, debes ser consciente de esos pensamientos, identificarlos y orientarlos en la dirección correcta.
En un proceso de coaching, ser conscientes de lo que pensamos es una parte fundamental. Por eso, tenemos que reconocer qué tipo de pensamientos ocupan nuestra mente a lo largo del día y aprender a detectar cuándo esos pensamientos son positivos para nosotros y nos acercan a donde queremos llegar y cuándo nos desgastan y pueden estar generando un estrés innecesario y negativo.
Yo suelo dividir los pensamientos en 4 grupos:
- Pensamientos productivos: aquellos que son útiles, que nos sirven para hacer gestiones, resolver asuntos y avanzar en el día a día. Gracias a ellos priorizamos temas que requieren atención (tareas pendientes, trámites, aprendizajes…) Y cuando tenemos pensamientos productivos sentimos que aprovechamos bien el tiempo, que estamos atentos y conscientes.
- Pensamientos improductivos: cuando divagamos, damos muchas vueltas al mismo asunto, analizamos una y otra vez algo que ya pasó o pensamos en cosas que podríamos hacer en el futuro pero que realmente son fantasías. Normalmente empiezan por frases como “Si hubiera hecho esto…” “Tendría que…” y, si ese pensamiento no se traduce en un plan real o en una tarea concreta… no sirve para nada. De hecho, desgasta, nos resta energía. Solo sirven para justificarnos.
- Pensamientos perjudiciales: van más allá que los improductivos, porque en este caso, no solo nos restan vitalidad, sino que también nos generan ansiedad, preocupación… Tienen un efecto negativo porque elevan el nivel de cortisol (la hormona del estrés) y nos hacen sentir mal. Surgen cuando nos centramos solo en lo peor de nosotros, en todo lo negativo que nos rodea y en todo lo que puede ir mal. Con ellos entramos en una espiral que nos impide ver con claridad la realidad. Ponen un filtro negro a nuestra perspectiva y nos generan un malestar mental y físico real.
- Pensamientos beneficiosos: son aquellos pensamientos que producen justo el efecto contrario: nos dan energía y vitalidad. Estimulan nuestra mente y nos hacen ser mejores, orientándonos hacia un aprendizaje, creando unas conexiones neuronales que generan una energía favorable. Nos hacen sentir bien, más confiados, vemos más posibilidades y una perspectiva más amplia, encontramos recursos para afrontar los problemas… En definitiva, nos dan una fuerza extra que no pensábamos que teníamos.
Calculo que a lo largo del día tenemos entre 50.000 y 70.000 pensamientos. Y adivina, la gran mayoría de ellos son improductivos (y en algunos casos perjudiciales)
¿Las consecuencias? Negatividad, bloqueos, miedos, estrés, pocas perspectivas, poca creatividad…
Si conseguimos modificar una parte de esos pensamientos y convertirlos en pensamientos beneficiosos o productivos, estaremos creando las condiciones necesarias para afrontar nuestros objetivos con más confianza.
Para un deportista, por ejemplo. Piensa en los beneficios que conlleva la gestión de sus pensamientos: pasar del “no soy el mejor”, “no estoy preparado”, “me va a salir mal”, ”¿y si fallo?”… al “he entrenado mucho y estoy preparado para conseguirlo”, “voy a concentrarme en el balón y en las jugadas que hemos entrenado”, “va a ser un buen partido, una buena competición”
Convertir los pensamientos improductivos en productivos o beneficiosos será clave para crecer tanto a nivel deportivo, profesional y personal.
Recuerda que tú creas tus propios pensamientos. Y con el entrenamiento mental adecuado podemos educar esos pensamientos para que jueguen a nuestro favor y nos den ideas, energía y nos hagan sentir bien.
La gestión de pensamientos es una parte esencial en un proceso de coaching deportivo (o ejecutivo). Los deportistas me preguntan con frecuencia cómo se entrena la mente. Ellos están acostumbrados a entrenar el cuerpo, lo físico, la técnica y la táctica, y piensan que cuando hablamos de entrenar la mente hablamos de algo abstracto. Pero cuando entienden que los pensamientos no son automáticos y comprenden el funcionamiento de nuestro cerebro, conseguimos que los pensamientos jueguen a su favor. Aprenden que no pueden controlar lo que pasa a su alrededor ni en los comportamientos de otros pero sí pueden decidir cómo reaccionar ante esas situaciones y cómo comportarse.
Sobre Juan Carlos Álvarez Campillo:
Es psicólogo, coach profesional y autor del libro “El Entrenador Mental”. En el ámbito del coaching deportivo trabaja con entrenadores, olímpicos, jóvenes promesas y todos aquellos deportistas que quieran superarse y mejorar. Les ayuda a alcanzar su máximo potencial, desarrollando valores y habilidades para conseguir grandes resultados gracias al esfuerzo y la superación continua.
Trabaja y ha colaborado como coach deportivo con deportistas y equipos de élite como Julen Lopetegui, la Selección Española de Fútbol, el Sevilla FC y otros equipos, Luis Alberto, Carolina Marín, Michu, Ángela Pumariega y muchos más deportistas.