¿Por qué no cumplimos nuestros objetivos? ¿Cómo podemos cambiarlo?
enero 17, 2022Entrevista en Universo Dartista, emitido en Libertad FM
febrero 24, 2022Muchas veces no somos conscientes del poco nivel de confianza que tenemos en nosotros mismos ni de que eso supone un gran obstáculo en nuestro crecimiento; es el principal freno al desarrollo.
He trabajado con muchas personas (deportistas, entrenadores, ejecutivos…) que, hasta que no han desarrollado plena confianza en sí mismos y en sus posibilidades, no han logrado sus mejores éxitos.
La confianza en uno mismo es fundamental a la hora de afrontar cualquier nuevo reto, ya sea personal, profesional o deportivo.
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¿Por qué es importante mejorar la confianza en uno mismo?
Creer que eres capaz de realizar con éxito una tarea, o de resolver un problema, o tomar una decisión complicada… confiar en tus propias capacidades es la base del desarrollo. Esta competencia personal, la autoconfianza, va a ayudarte a mejorar otras habilidades imprescindibles en tu crecimiento: la comunicación, la asertividad, la resolución de problemas, el trabajo en equipo o la orientación a resultados. Aumentar la confianza en uno mismo es el primer peldaño para mejorar tus habilidades personales y profesionales.
Porque, en la práctica, una persona que ha desarrollado un alto nivel de confianza en sí mismo va a poder afrontar los problemas con autonomía, sin la necesidad continua de supervisión y de forma rápida, puesto que es capaz de tomar decisiones sin bloquearse y de asumir las consecuencias de esas decisiones y de sus actos.
Además, esa confianza en uno mismo le ayudará a expresar su opinión con más seguridad, ya sea ante sus superiores, ante clientes o compañeros. Esa autoconfianza es necesaria para salir de nuestra zona de confort y afrontar nuevos retos o una mayor carga de responsabilidades.
Iniciativa propia, seguridad, rapidez en la toma de decisiones… son competencias que mejorarán sustancialmente si trabajas la confianza en ti mismo.
Pero, ¿qué diferencia hay entre la confianza en uno mismo y el ego?
¿Es posible confundir la confianza en uno mismo con el ego? Yo siempre digo que cierta dosis de ego es positiva. Porque nos hace crecer y rendir más allá de nuestros límites. Pero el ego no controlado, ese orgullo que te convence de que la culpa de tus fallos la tienen los demás, o que te hace vivir pendiente de lo que piensan los otros, o que te hace perder la humildad… ese ego no es confianza en uno mismo.
La diferencia está en que la autoconfianza debe asentarse en el esfuerzo y la preparación que esa persona ha llevado a cabo para enfrentarse a un determinado reto o a un objetivo concreto. Si esa confianza es fruto de fantasías o vanidades, el ego te debilitará y te hará cometer errores.
¿Cómo podemos mejorar la confianza en nosotros mismos?
En un proceso de coaching trabajamos diferentes aspectos para aumentar esa confianza en uno mismo. Cada persona parte de una situación diferente; se encuentra con obstáculos y lucha contra miedos diferentes. Pero hay una serie de herramientas que podemos utilizar para trabajar la autoestima y la autoconfianza.
- Conocimientos: no se puede pasar por alto que, para sentir confianza en nosotros mismos, necesitamos estar y sentirnos preparados para llevar a cabo las tareas que se nos planteen. Céntrate en tu trabajo, en ampliar tus conocimientos y dominar tu campo. Desde esa posición será más fácil superar tus miedos.
- Valora tus logros, aunque sean pequeños. Y aprende de tus errores.
- Encuentra tu propósito, planifica tus objetivos y comprométete contigo mismo para alcanzarlos. Cada paso que des te ayudará a aumentar tu confianza y creer que puedes hacerlo.
- Pon el foco en los aspectos positivos y los beneficios que tendrá conseguir tu objetivo y no pienses en lo que puedes perder, sino en lo que vas a ganar.
- Repite con frecuencia pensamientos y afirmaciones positivas. Incluso escríbelas y léelas a menudo. Ya sabemos que no es magia. Esas repeticiones crean conexiones neuronales en el cerebro que favorecen el aprendizaje y el rendimiento.
- Aprende a decir “no” y hazlo. No tomes las decisiones que se esperan de ti; haz valer tus ideas.
- Analiza tu comportamiento para detectar si tienes que trabajar algún aspecto concreto: observa cuándo te pones nervioso y por qué, qué decisiones te cuesta tomar, qué tareas se te hacen cuesta arriba, en qué situaciones te encuentras incómodo. Y cuando entiendas qué obstáculos son lo que te impiden avanzar, trabaja para superarlos.